El Significado de Om Mani Padme Hum. Por Su Santidad el Dalai Lama.
Cortometraje de un maestro de arte sagrado de Nepal, su paciencia y tiempo.
Rodada en un monasterio de tradición budista tibetana en el sur de Francia,
muestra los pasos finales en la realización de estatuas de los seguidores del Buda histórico y sobre todo revela el punto crucial y rara vez visto de «abrirle los ojos»…
Rodada en el monasterio de Nalanda en 2015.
Para más información sobre el monasterio: nalanda-monastery.eu
Su pagina de Facebook: facebook.com/Nalanda.Monastery
«El que abre los ojos»: Sonam Sherpa.
Una película de François Schick.
Música compuesta por Benoit Schick.
Piano: Benoit Schick.
Violonchelo: Georges Denoix.
«THE EYE-OPENER» De Lungta Films en Vimeo.
Categories: Oraciones, Sutras y mantras.
BENEFICIOS DEL TSE-DO. EL SUTRA DE LARGA VIDA por Lama Thubten Zopa Rimpoché
Gran parte de este sutra consiste en la repetición del mantra. Habla de un beneficio y después repite el mantra, habla de otro beneficio y repite el mantra. Hasta ahora el texto no estaba disponible en inglés ni en español, y por eso siempre había que pedirle a algún tibetano que lo recitara, pero ahora está traducido a estos idiomas, así que toda la familia puede recitarlo para sus amigos y para otros familiares que tengan cáncer. Hoy día el cáncer es un problema muy real.
Este texto es muy preciso y es muy beneficioso imprimirlo o escribirlo. Yo tengo una copia me dieron en Mongolia, escrita con perlas, coral y otras joyas. Este es uno de los textos que si se escribe con oro, se purifican montañas de karma negativo. El monasterio de Nalanda imprime cada semana cierta cantidad, para que los proyectos salgan bien, así que
imaginad los beneficios: cada vez que hacen una copia es como copiar las 84.000 enseñanzas de Buda. También es una gran purificación.
Em especial, escribirlo acumula muchísimo mérito. Lo escribes no porque alguien lo necesite el libro, sino porque ayuda a la larga vida y a acumular mérito. Es muy bueno que lo impriman las personas con cáncer y también para la buena marcha de actividades y proyectos. Si un negocio pasa por dificultades, o es complicado arrancar al principio, o si te resulta difícil encontrar trabajo o éste no te va bien, puedes hacer una impresión de muchas copias; incluso puedes hacer esto de forma semanal o mensual, para acumular mérito, no con fines mundanos, sino en general para obtener logros y condiciones para la práctica del Dharma y después puedes dedicar los méritos de esta impresión para todos los seres. Esta es una solución para que las cosas vayan bien y tener una vida larga.
Por otro lado, cuando mueras renacerás en la tierra pura de Amitabha. Hay otro mantra de Amitayus, similar pero un poco diferente, que proporciona un beneficio increíble, inconcebible.
Que esta traducción sea del máximo beneficio para todos los seres. Que el karma negativo de cualquiera que vea, toque o recuerde este texto quede purificado de inmediato, que nunca renazca en los reinos inferiores y que en el momento de su muerte se sienta inmediatamente en paz por el mero hecho de ver el texto. Que todos los que sueñen con este texto u oigan hablar de él tengan una vida larga, cuyo propósito sea encarnar el amor
bondadoso, la compasión y la bodichita, y comprender la vacuidad. Que recorran todo el camino en esta misma vida y que sólo traigan beneficio a los demás seres, sin causarles nunca daño alguno.
Que beneficie a todos los seres de esta forma hasta que todos hayan alcanzado la iluminación.
Enlace al texto del Sutra en Castellano : http://cdn.fpmt.org/wp-content/uploads/…
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«Todas las emociones aflictivas se vencen mediante la derrota de la ignorancia». AryaDeva
La celebración del Losar se remonta al período pre-budista del Tíbet, cuando los tibetanos practicaban la religión bon, entonces se realizaba una ceremonia espiritual, en la cual se ofrecían grandes cantidades de incienso para apaciguar a los espíritus locales, deidades y protectores. El Losar es celebrado incluso ahora con mucho fervor entre los tibetanos que practican el bon, incluso en el exilio. Este festival religioso más tarde evolucionó en un festival anual budista que se cree que se originó durante el reino de Pude Gungyal, el noveno Rey del Tíbet.
Se dice que el festival comenzó cuando una mujer anciana llamada Belma introdujo la medida del tiempo basada en las fases de la luna. Este festival tenía lugar durante el florecimiento de los árboles de albaricoques de la región de Lhokha Yarla Shampo en otoño, y pudo haber sido la primera celebración de lo que se ha convertido en el tradicional festival de los agricultores. Fue durante ese período que las artes de cultivo, irrigación, la refinación del hierro y la construcción de puentes fueron introducidos en el Tíbet. Las ceremonias que fueron instituidas para celebrar estas nuevas habilidades pueden ser reconocidas como precursoras del festival del Losar. Más tarde cuando los rudimentos de la ciencia de la astrología, basados en los cinco elementos, fueron introducidos en el Tíbet, este festival de agricultores se convirtió en lo que llamamos el Losar o festival del Año Nuevo.
Cómo Se Celebra El Nuevo Año Tibetano
Un mes antes de la llegada del festival, la gente se concentra en limpiar su casa meticulosamente, removiendo cada partícula de polvo y dejando todo a nuevo. Las más atractivas y finas decoraciones son puestas en toda la casa y elaboradas ofrendas son hechas en el altar de la familia. Las viejas banderas de oración son reemplazadas con otras bien coloridas. Ropas nuevas son hechas para todos los miembros de la familia. Ocho diferentes símbolos auspiciosos son exhibidos donde sea posible, representando las diferentes ofrendas hechas por los dioses al Buda, después de su iluminación. En el Tíbet esos símbolos son dibujados en las paredes, práctica que no se sigue en el exilio ya que se necesita de artistas profesionales que lo hagan. En el Losar también se cocina muy buena comida. Los primeros días son destinados a la familia, pasando las festividades luego a las calles y otros lugares.
En los monasterios, los monjes honran a las deidades protectoras con rituales devocionales.
En la víspera del Año Nuevo Tibetano, tortas, dulces, panes y frutas son ofrecidas en los altares de la familia. El altar de la familia está decorado de la mejor forma en las vísperas y continuará así en los siguientes 15 días. El altar tendrá una derga, formada por galletitas (khapsay) apiladas unas sobre otras, que se preparan con masa aplanada, se fríen y tienen muchas formas diferentes. Junto con la derga, habrá una botella de chang (cerveza de cebada); una mata de hojas verdes de trigo cultivadas en un vaso pequeño llamado loboe; una especie de embudo de dos partes, llamado bow, que tiene por un lado tsampa (harina de cebada) y por el otro semillas de cebada.
Al ser la fiesta más significativa para los tibetanos y la más grande celebración del año, es un tiempo en el que ellos intercambian cálidos saludos con sus familiares, vecinos y todos quienes estén alrededor. Los tibetanos consideran el Losar como una celebración masiva, de completo relax y con muchas fiestas. Los tibetanos ofrecen katas (bufandas tradicionales de seda blanca) a los altares familiares y en los monasterios. Estas bufandas se las colocan unos a otros mientras se saludan con un tashi delek (buenos deseos), con lo que se auguran prosperidad para el año entrante.
Los tibetanos siguen la cultura de recibir a sus huéspedes con un corazón amable y gran hospitalidad. En esta ocasión especial, los valores cultivados son altamente notables. Los tibetanos creen que uno tiene que tener una gran bondad, ser generoso y acogedor en esta ocasión religiosa. El carácter de la persona determinará cómo será la persona a través de todo el año. Por lo tanto, se requiere que todos los budistas estén con un estado de ánimo jovial y brillante, por lo que serán bendecidos con buenas y felices expresiones todo el año.-
Traducción del texto de la Oficina de Budismo Tibetano en el Exilio
PRÁCTICA RECOMENDADA PARA EL PRIMER DIA DE LOSAR: Práctica de larga vida de Amitayus de las tres raíces combinadas
OM NAMO BHAGAVATI APARIMITA ARYUGYANA SUVINI SIDHA TE TO
RAJAYA / TATHAGATAYA / ARHATE SAMYAKSAM BUDHAYA / TAYATA /
OM PUNI PUNI MAHA PUNI / APARIMITA PUNYE / APARIMITA PUNYE /
GYANA SAMBHA ROPA TI DE / OM SARVA SANSKARA PARISHUDHA
DHARMATE GAGANA SAMUNGATE SVABAVA / VISHUDHE MAHANAYA
PARIVARE SVAHA /
Sutra de larga vida de Amitayus en castellano:
ENLACE —> http://cdn.fpmt.org/…
Como dice Lama Zopa Rimpoché:
» Este texto es muy precioso y se genera mucho beneficio al imprimirlo o al escribirlo a mano.Este es uno de los textos que, de ser escrito en letras doradas, purifica montañas de karma negativo…
Es muy bueno imprimirlo para las personas que tienen cáncer, y para el éxito de actividades y proyectos. Si una empresa tiene dificultades, o es difícil empezar, si tiene dificultades para encontrar un trabajo, o el trabajo no va bien, puede imprimir muchas copias para generar méritos, no especialmente para el éxito mundano, pero en general para recoger mérito de realizaciones, condiciones para la práctica del Dharma. Después, puede dedicar los méritos de imprimirlo o escribirlo a mano para todos los seres sintientes. Esta es una solución para el éxito y larga vida. Además, cuando usted muera conseguirá nacer en la tierra pura de Amitabha » .
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Traducción al español por Berenice Font del mensaje de Año Nuevo (2016 LOSAR 2143 Año del Mono de Fuego) de Dzongsar Jamyang Khyentse
Felicidades a todos los que están celebrando el Año Nuevo del Mono.
Confiemos en el Buda, en el Dharma y en la Sangha y confiemos en la ley de causa, condición y efecto. Si confiamos en el Buda, en el Dharma y en la Sangha seguimos siendo budistas aunque juguemos mahjong, comamos carne, bebamos alcohol o fumemos sin parar.
Seamos amables y considerados. ¿Nos gusta que los demás sean amables con nosotros? Bien, a los demás también les gusta que seamos amables con ellos.
Seamos generosos, no solo con dinero o diamantes, sino con nuestro tiempo y espacio e información.
Y recordemos las palabras del Buda según las cuales las ocupaciones samsáricas nunca acaban y, en su mayoría, no dan fruto alguno. Así que no nos estresemos pensando en que todo tiene que completarse. Nunca se sabe lo que puede ocurrir en la próxima hora. Por tanto, aprovechemos esta hora y este momento al máximo. Si estamos tomando una taza de té ahora mismo, tomémosla como si fuera la última de esta vida.
¿Queremos ser ricos? Aprendamos a estar satisfechos.
¿Queremos ser elegantes y hermosos? Entonces seamos educados, seguros de nosotros mismos y amables en vez de pensar que Versace y Dolce & Gabbana lo harán por nosotros.
¿Queremos que los demás nos escuchen? Entonces tratemos de erradicar el uso de palabras duras y empecemos la conversación con una sonrisa.
¿Queremos que la próxima generación sea feliz y tenga éxito? Entonces enseñémosles un significado distinto de ambición, riqueza y metas.
No malcriemos a nuestros niños ya que si lo hacemos, crecerán sintiéndose aislados y deprimidos.
No los forcemos a crecer tan rápido.
No hagamos que nuestros niños crean que ganar una competición es tan importante.
Comamos en casa al menos una vez a la semana.
Y no compremos demás para llenar la casa de cosas que no se usarán en años para terminar tirándolas.
Pero, principalmente, nosotros como padres debemos hacer lo que enseñamos. No podemos enseñarles a nuestros hijos a ser educados, amables y agradables a través de meras palabras. Tenemos que serlo nosotros. Aunque aparentemente sean cosas fugaces, como abstenernos de hablar fuerte en público o al teléfono y no colarnos en una fila, son cosas que importan. De la misma manera que no queremos que los demás hagan estas cosas, los demás tampoco quieren que nosotros las hagamos.
Aprendamos a hacer cosas sin planear, cosas espontáneas que duren al menos una hora o dos una vez a la semana porque incluso planificar unas vacaciones termina volviéndose una tarea estresante en vez de ser un auténtico descanso.
Y lo que es más importante: recordemos que no se trata solo de leer esto sino de ponerlo en práctica desde el día uno del Año del Mono.
Y cada vez que nos encontremos haciendo una o más de estas cosas, regalémonos una recompensa como tomarnos una siesta corta, escuchar música un rato, leer una o dos páginas de un buen libro, y decirnos que con este paso avanzamos en el camino a convertirnos en intrépidos servidores de todos los seres sintientes.
Enlace al originál en Inglés: https://www.facebook.com/Dzongsar-Jamyang-Khyentse
Página oficial de Dzongsar Jamyang Khyentse Rimpoche: http://khyentse.org/
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LOSAR 2143 Año del Mono de Fuego
Durante esos días, va a tener lugar la bienvenida al Año 2143 del Mono de Fuego dando así por finalizado el año de la Oveja de Madera. La celebración del Losar, el Año Nuevo Tibetano, se celebra el martes 9 de febrero de 2016
El 8 de febrero. Shangpa Mönlam, la luna nueva señala el final del año de la Oveja de Madera.
Y, el día 9, tiene lugar la celebración del Losar, palabra tibetana que significa año nuevo. “Lo” significa año, edad y Sar quiere decir nuevo, fresco. Losar es el día festivo más importante de Tibet, Nepal y Bután. El espíritu general es de gran festejo, de purificación, de frescura y nuevo comienzo. Los lamas y demás practicantes se ofrecen katas entre sí con saludos de buenos deseos, augurándose prosperidad para el año entrante. Se dice que los tibetanos creen que en este día uno tiene que tener una gran bondad, ser generoso y acogedor. El carácter de la persona determinará cómo será a través de todo el año, por lo tanto, se requiere que todos estén con un estado de ánimo jovial y brillante par ser bendecidos todo el año. Se practicará el ritual de Guru Rinpoche, la ofrenda y la ceremonia del humo blanco que todo lo purifica.
FUE EN EL AÑO DEL MONO QUE …
EL Gran Maestro Padmasambhava, llego al Tibet y se le conocio como Guru Rimpoche. El Precioso Maestro, vino al mundo, en un nacimiento espontaneo, surgiendo de un Lotus florecido en el Lago Dhanakhosa.
Que cada año del Mono, nos recuerde auspiciosamente el linage de Guru Rimpoche y a sus Discipulos
El Mono que Danza es una Gran Oportunidad para la Practica!!!
Origen del artículo: Varias fuentes
Las Seis Paramitas con el Venerable Lama Sönam SU APLICACIÓN SECRETA, INTERNA Y EXTERNA Iniciación de Amitayus
Este fin de semana, del 18 al 20 de diciembre, Enseñanzas sobre las Seis Paramitas y sus aplicaciones , por el M.V. Lama Sönam , e Iniciación de Amitayus. Toda la información aquí :http://www.sercholing.com/eventos.html#eventosonam
Muchas veces hemos recibido información, leído o escuchado enseñanzas sobre las 6 Paramitas: la Generosidad; la Auto-disciplina; laPaciencia; la Diligencia; la Meditación y la Sabiduría, pero pocas veces, tendremos la oportunidad de recibir enseñanzas tan profundas sobre las Paramitas y sus aplicaciones, gracias al Venerable Lama Sönam Wangchuk, extraordinario Lama, de una humildad y conocimientos profundísimos del Dharma.
Nos expondrá de forma amena, directa, sencilla y profunda, sus aplicaciones en nuestra vida diaria y en nuestro camino espiritual, tanto en el método como en el fruto último de su aplicación y practica, siendo una rara oportunidad para todo aquel que quiera conocer desde la experiencia y conocimiento de tan precioso Lama, el alcance de tan profundas enseñanzas, que sin duda, podrán traer a nuestras vidas, mayor bienestar, prosperidad, calidad de vida y alegría.
Centro Budista Vajrayana Serchöling Barcelona perteneciente a la Comunidad Budista Dag Shang Kagyu.
Bajo los auspicios de S.E. Kyabje Kalu Rinpoche y la dirección espiritual del M.V. Lama Drubgyu Tenpa.
Categories: Enseñanzas
Como no caer en nuestras própias trampas.
¿Qué es el Shenpa? Pema Chödrön nos dice que es una palabra tibetana y que en una primera traducción se podría decir que significa “apego”, pero ella nos dice que su maestro Dzigar Kongtrul, dijo que no usemos esa traducción porque es incompleta, y no roza siquiera la magnitud y el efecto que shenpa tiene sobre nosotros.
Tiene que ver con la forma en que nos quedamos enganchados… Bueno, quizás sea mejor que ustedes mismos lean la nota. Me gustó y me sirvió, espero que a ustedes también.
La leí por primera vez en el blog de Luis Pescetti quién subió un pdf con la entrevista escaneada, me tomé el trabajo de pasarla a texto, a continuación copio el resultado.
EL SINDROME SHENPA
Charla de Pema Chödrön
Learning to stay (Aprendiendo a quedarse), Setiembre 2002
Retiro en la Ciudad De Berkeley, Shamihala Center
(Original en inglés: http://www.shambhala.org/teachers/pema/shenpa3a.php)
(Texto extraído de: http://luispescetti.com/wp-content/uploads/2008/12/El-sindrome-Shenpa.pdf)
PARTE I
Voy a introducirlos a una palabra tibetana, si fuesen a los textos a buscar enseñanzas acerca de esto seguramente no encontraran ninguna a menos que hayan escuchado las enseñanzas grabadas de Dzigar Kongtrul Rinpoche, con quien estoy estudiando, o si bien escucharon mis charlas del yarne del año pasado -el retiro de invierno de Gamppo Abbey- Enseñé acerca de esto. Pero aparte de allí, pienso que no existen en otra parte. En realidad, si existen, pero la manera en que se las voy enseñar es mérito completo de Dzigar Kongtrul porque es él quien ha brindado muchas enseñanzas respecto de esto y continúe haciéndolo, y sus enseñanzas han ejercido una fuerte influencia en mi vida y en lo que enseño. Pero fundamentalmente en mi propia vida.
Esta es una enseñanza acerca de una palabra tibetana: shenpa. La traducción habitual de la palabra shenpa es apego. Si buscas en un diccionario Tibetano, encontrarás que su definición es apego. Pero la palabra “apego” no capta en absoluto su significado. Dzigar Kongtrul, dijo que no usemos esa traducción porque es incompleta, y no roza siquiera la magnitud y el efecto que shenpa tiene sobre nosotros. Si fuésemos a traducir shenpa será muy difícil encontrar una palabra, pero voy a darles unas pocas. Una palabra podría ser enganchados1 (hooked), como quedarnos enganchados.
Otro sinónimo para shenpa podría ser “ese sentimiento pegajoso2“. Siguiendo con la analogía que dimos anoche, la de tener cascaritas, de la picazón que les es propia y el rascarse, shenpa seria la picazón y la urgencia de rascarse. Así que, urgencia, es la otra palabra. La urgencia de fumar ese cigarrillo, de comer de mas, de beber un trago más, o de hacer lo que sea que constituyese nuestra adicción.
Aquí tenemos un ejemplo cotidiano de shenpa. Alguien te dice una palabra brusca y entonces algo en ti se tensiona, eso es el shenpa. Inmediatamente comienza a espiralarse un descenso de autoestima, o la culpabilización del otro, o la ira, denigrándote. Y si padeces de una adicción muy intensa, vas directamente en el sentido de la adicción para cubrir ese sentimiento desagradable que emergió cuando la persona dijo aquella palabra brusca. Se trata de cierta palabra brusca que te toma, te engancha. Alguna otra podría no afectarte, pero aquí estamos hablando de aquella que toca justo en ese espacio herido en esa llaga, eso es un shenpa. Alguien te critica o critica tu trabajo, tu apariencia, tus hijos y, shenpa: emergiendo siempre.
Gampo Abbey es una pequeña comunidad. Vivimos allí treinta monjes y monjas. Tienes una relación bastante íntima viviendo allí en la comunidad. Estas personas encontraron que en el comedor, alguien se sentaba a su lado y ellos podían sentir el shenpa por la sola razón de que esa persona se sentara a su lado, porque tenían alguna suerte de algo con esa persona. Entonces sentían eso cerrándose y ya estaban enganchados.
Si logras captarlo a ese nivel es muy operativo. Y tienes la posibilidad, tienes esa inmensa curiosidad de quedarte sentado en calma allí mismo en la mesa con esa urgencia de hacer lo habitual, de reforzar el hábito, puedes sentirlo, y jamás es nuevo. Tiene ese sabor particular en la boca, ese olor especial. Cuando comienzas a pescarle la punta, sientes que eso ha estado ocurriendo siempre
Generalmente, sin embargo, no lo captamos en ese nivel, en el que ese espacio abierto comienza a cerrarse. Estás abierto de corazón, de mentalidad, y entonces… erkk. Y en forma concomitante esa cualidad de quedar enganchado, o de tensión, o de cierre, o lo que sea… En su nivel más sutil yo lo experimento como una calidad de tensión. Entonces puedes sentirte como retirándote, separándote y efectivamente no queriendo quedarte en ese sitio.
Te hace sentir esa suerte de inseguridad fundamental subyacente a la experiencia humana y que es inherente a ella, en tanto estemos habituados a desear tierra firme bajo nuestros pies en un mundo cambiante, oscilante, impermanente, e ilusorio.
Entonces alguien dice aquello, que obviamente gatilla mi condicionamiento y todo lo que sigue posteriormente. No hemos de ir hacia la historia, hacia el porque ocurre, no es un autoanálisis del porqué, ni acerca del trauma que lo originó, ni nada. Es solo, “OH!”. Y te sientes ahí tensiónandote. En términos generales, lo más común es que lo adviertes cuando ya estas aliviado rascándote.
En el shenpa en si mismo, hay un estrechamiento que se produce involuntariamente, y una urgencia de moverse de allí de alguna manera habitual, la cual inicialmente se encuentra en la mente, consiste en algo que te dices a ti mismo respecto de la situación. Generalmente viene acompañado de ese sentimiento desagradable. En Occidente, es sumamente común, que en este punto te vuelvas contra de ti mismo: “algo anda mal en mi”. Quizás a este nivel sea incluso no verbal, pero ya está preñado de una pequeña gestalt, de un pequeño drama personal.
La mayoría de las veces no captamos esto. En primer lugar no captamos el shenpa en absoluto, hasta que comenzamos a escuchar enseñanzas al respecto y comenzamos a trabajar en ello, aunque lo hayamos estado abordando desde otras disciplinas. Pero las mas de las veces ya nos estamos rascando.
Quizás ya dijiste tu la palabra brusca o “No puedes comerte la ultima rebanada de pan”, que son solo palabras, pero están absolutamente cargadas… de pánico, en verdad. De la urgencia de salirse de ese lugar. Eso es todo lo que puedo decir. Salirse de esa inseguridad… llamémosle, de esa sensación desagradable.
La rascada es parte del shenpa, también, aunque ya hayamos avanzado en el movimiento. Todo es parte de una reacción en cadena que comienza con un tenso estrechamiento cuando dicen algo, o cuando dicen “ese” algo.
Lo que es muy interesante es que muy rápidamente comienzas a notarlo en otros. Estás en una conversación de trabajo con alguien. Su rostro está de alguna manera abierto y están escuchando, y dices algo -no estas muy seguro exactamente de que es, o quizás si, no tiene porque tratarse de algo brusco ni de nada en especial- pero adviertes que sus ojos se nublan. Su mandíbula se tensiona. O simplemente puedes sentirlos… sabes, sabes que has tocado algo. Estáis viendo su shenpa, y ellos pueden no haberlo captado en absoluto. Llegado a ese punto, de tu parte puedes seguir avanzando e ingresar dentro del shenpa con ellos, pero ya lo harás con ciento nivel de prajna (sabiduría), de esa tiara visión de lo que en verdad está ocurriendo, que no está involucrado con tu línea histórica ni con tu intento de mantener la tierra firme bajo tus pies. Ves aquello ocurriéndole a ellos.
Existe una especie de inteligencia básica que tenemos todos. Si eres realmente listo, y no estas tan atrapado en tu propio shenpa le brindarás de alguna manera, espacio a la situación, porque ya sabes que ellos ya han sido gatillados, ya están enganchados. Puedes verlo, en su mirada, en su lenguaje corporal, quizás no haya aun nada verbal. Y sabes que si intentas dejar claro algo que necesitas que ocurra en la oficina, intentas aclarar algo con tus hijos o con tu pareja, nada va resultar porque ellos se están cerrando. Se están cerrando por el shenpa: quedaron enganchados.
Tu parte en esto puede ser completamente inocente. No hiciste nada equivocado, pero reconoces lo que está ocurriendo. En la meditación Budista, esta es una situación en la que aprendes efectivamente a abrir el espacio. Un método es quedarte quieto y comenzar a meditar exactamente en ese punto, simplemente (lleva la atención a tu respiración quedate allí abierto con cierta curiosidad acerca de ellos y de apertura hacia ellos. Quizás debes cambiar de tema en ese momento o decir “¿Cómo te sientes al respecto? Y es posible que muy brevemente ellos digan “Bien… no hay problema”. Pero ahora ya sabes lo suficiente como para callarte la boca y quizás decir “Porqué no hablamos de esto a la tarde o mañana porque ahora no es el momento”.
Si se trata de alguien que es practicante, y está trabajando consigo mismo, como ocurre en el monasterio, entonces estamos en una situación maravillosa, porque todos están trabajando con lo mismo. No tienes que decir “Vi tu shenpa”, en cuyo caso probablemente, lo enfundaran sobre ti3. A nadie le agrada que se lo señalen particularmente.
Sin embargo algunos el comenzar te dirán “Cuando lo adviertas tócate la oreja o algo por el estilo” -a menudo las parejas hacen esto uno con el otro- y cuando lo vea en ti haré lo mismo. O si lo observas en ti mismo y yo no lo advertí, dame una pequeña señal así nos damos cuenta que probablemente lo mejor sea no continuar la discusión. No siempre te podrás dar el lujo de no continuar la discusión; pero al menos ya tienes algo de prajna, algo de clara visión no involucrada con el ego, acerca de lo que sanara la relación y abrirás el espacio.
El habito que es ego-fundado, es exactamente lo opuesto. Empeora las cosas. Esa es una definición de ego: aquello que hace que las cosas se pongan peor. Porque sientes una compulsión a tu estilo particular, de rellenar el espacio, y o bien insistirás en tu punto o según mi estilo querrás calmar las aguas, y a esa altura todo se pone peor, generalmente
De alguna manera, aprender como abrir el espacio, sin colocar dentro de la ecuación, ninguna forma particular de rascar la cascarita, es importante
Es por eso que veo al shenpa como una enseñanza tan útil. Hay un estrechamiento, una urgencia… una tendencia también. Esa tendencia te muestra que efectivamente tienes un montón de adicciones, que todos las tenemos. Está ese trasfondo estático de ligera incomodidad, de inquietud o aburrimiento. Entonces comenzamos a emplear cosas o comportamientos para aliviar esa incomodidad.
Algo como comida, o alcohol, o drogas o sexo, o trabajo, o compras, o lo que sea que hagamos, lo cual moderadamente seria un deleite, un disfrute. De hecho en la moderación se hace presente un profundo sentido del gusto, de la buena fortuna que significa que eso esté presente en tu vida. Pero en cambio esas cosas se vuelven imbuidas de una cualidad adictiva porque nosotros las investimos de poder a través de la idea de que nos brindarán bienestar, y de que eso removerá la incomodidad.
Nunca llegamos a la raíz, a la cual la otra noche me referí como “las cascaritas”. La raíz, en este caso, es que tenemos que experimentar efectivamente una incomodidad. Tenemos que experimentar la picazón. Tenemos que experimentar el shenpa y luego no llevarlo al acto.
Este asunto de no llevarlo al acto, yo lo denominaré “refrenamiento”. En las enseñanzas espirituales también se lo denomina “renuncia”. Esto es muy interesante porque en tibetano, la palabra equivalente a renuncia es shenluk y significa invertir e shenpa, ponerlo patas arriba. La Renuncia no es a la comida, al sexo, al trabajo, ni a las relaciones o lo que sea. Existe este termino: no apegado a esta vida, no apegado a las cosas mundanas. Esto no se está refiriendo a las cosas en sí mismas, se está refiriendo al shenpa. A lo que renunciamos, o aquello que refrenamos es el shenpa.
Renuncia, shenluk, significa invertir el shenpa, o sacudirlo. Lo más interesante es que no hay una manera de renunciar realmente al shenpa. Alguien te mira de cierta manera, o… enfrenta esto…, o escuchas cierta canción, o cierto olor, ingresas a cierta habitación, y ¡boom! Quedas especialmente apoyado sobre el trauma. Y sabes que no tiene nada que ver con el presente. Sin embargo está allí, es involuntario.
En las enseñanzas Budistas no se dice nada acerca de eliminar algo, sino que se trata ver con absoluta claridad y experimentar completamente el shenpa.
Si existe la voluntad de ver y vivir la experiencia con claridad, entonces el prajna comienza a encenderse. Es innato, en nosotros. La mente de la sabiduría es nuestro derecho natural por haber nacido. Está presente en cada ser viviente particular, hasta en la más pequeña de las hormigas. Pero los seres humanos son los que tienen la mayor oportunidad de acceder a ella.
Existe esta prajna (sabiduría) así que no debes sacarte de encima el shenpa. Todo comienza viendo la reacción en cadena de forma completa. Empleando un lenguaje moderno, podemos decir que existe cierta sabiduría que este basada en un deseo fundamental de totalidad (de plenitud), o de sanación, la cual no tiene nada que ver con el aferramiento ego. Sí tiene que ver, con el deseo de conectarse y vivir desde tu bondad básica, desde tu apertura básica, desde tu básica ausencia de prejuicios, desde tu básica ausencia de violencia, desde tu calidez básica. Desear vivir desde allí. Entonces comienza a emerger una fuerza mayor que el shenpa que detiene espontáneamente la reacción en cadena.
Aquellos de ustedes que han padecido o padecen adicciones intensas y se encuentran trabajando todo el tiempo con esa urgencia, con esa ansia, con esa intensa tendencia a hacer algo autodestructivo, saben que existe esa voluntad de saber exactamente que es lo que está ocurriendo. Entonces emerge esa voluntad de querer refrenar el siguiente trago, o bocado o lo que fuese.
Debe ser hecho de alguna manera en la que puedas asociarlo a una acción cálida y amorosa hacia ti mismo. Siendo amigable y tierno contigo mismo, porque si lo asocias con ponerte una camisa de fuerza, te preparas a ingresar en una lucha.
Si eres alcohólico, o si estas en recuperación, o eres un alcohólico recuperado, tu ya sabes que debes parar de beber. En tu caso un solo trago no te hace nada en términos de llevarte a cumplir con todo el ciclo. Hay diversos grados de cuanto has de refrenarte. Tiene que haber algo, algún patrón de hábitos que consolidan la ignorancia alrededor del shenpa, la ignorancia incluso de que está ocurriendo una reacción en cadena, la ignorancia del hecho de que te estas rascando, de ignorar incluso, el hecho de que te estas rascando, la ignorancia de que se está desparramando por todo tu cuerpo, la ignorancia de que estás sangrando hasta morir.
Tu sabes, cuando la adicción se vuelve realmente fuerte. A mi nuera… a los 35 años de edad le dieron dos meses de vida a causa de envenenamiento por alcohol, cirrosis hepática. Ella estuvo aquí la otra noche. Sobrevivió. está sobria. De esto hace ya cinco años. Pero ella tuvo que tocar fondo. Y ya les conté que estaba a punto de estallar como un globo. Ella tenia un color amarillo-verdoso, sus ojos eran de un color naranja intenso, y a pesar de ello no paraba de beber. La llevaba al hospital a que le drenaran el líquido, botellas, botellas y botellas de líquido, ni bien te permitían irse, llegaba a su casa y continuaba bebiendo.
Algunas veces las personas no salen nunca de allí. ¿Por qué hacemos esas cosas? Todos hacemos esas cosas no importa en que grado. ¿Por que? Es estúpido.
La razón es que lo hacemos porque imbuimos (investimos) ese trago, esa rascada de lo que sea, alivio, bienestar (confort). Para salimos de esa incomodidad básica, buscamos comodidad en algunas cosas, que con moderación pueden enriquecer nuestra vida, pero que quedan imbuidas de esa cualidad adictiva. Entonces aquello que podría brindarnos placer, el sabor, el aroma, cierta actividad, o lo que fuese, convierte nuestra vida en una pesadilla. Todos nosotros consumimos estos calmantes de síntomas de rápida acción.
A veces estamos dispuestos a morir con tal de conseguir el calmante de acción rápida. Eso fue lo que ocurrió (con mi nuera), tomaba esos tragos aun cuando su vida se estaba yendo de control y estaba muriendo. Pero cuando quedó paralizada y no podía moverse, y se llevaron a su niño, entonces cambió. Y ella tenia algunos amigos que estaban allí con ella y todo este asunto y eso también fue provechoso. En su caso AA fue su salvador. No funciona con todo el mundo pero en su caso fue su salvación.
Esa es la historia de como estas tan habituado y del patrón habitual de mezclar el veneno con la comodidad. Son la misma cosa. No tiene que haber sustancias de abuso, pueden ser solo palabras bruscas. Quizás jamás digas esas palabras, pero piensas en esos términos todo el tiempo.
PARTE II
Conversemos acerca de la mente crítica, esa mente es un shenpa principal. Todo comienza cuando ingresas a una habitación, o cuando alguien hace algo, y tú sientes este estrechamiento. Se está gatillando cierto tipo de patrón habitual. Tu ni siquiera estas pensando en esto, en absoluto, pero lo que básicamente está ocurriendo es que tu no quieres sentir eso. Se trata de cierto tipo de incomodidad profunda. Tu habito consiste en comenzar a disminuirlos, básicamente Criticándolos, como hacen las cosas incorrectamente, y con ello logras cierto tipo de satisfacción inflada. Ello te hace sentir que tienes la situación bajo control. Es un “aliviador” de síntomas de acción rápida. Por otro lado, cuanto más lo haces, mas comienzas a sentirte, simultáneamente, como si te estuvieses intoxicando.
Hay un cuento de hadas en cual había una princesa que ni bien comenzaba a decir palabras ruines, le saltan sapos de la boca. Y tu comienzas a sentir que eso está ocurriendo. Te estas intoxicando con tus propias tendencias de pensamiento. Y sin embargo, ¿Te detienes? No, no lo haces ¿Por qué? Porque asocias ese comportamiento con el alivio de ese sentimiento. Lo asocias, básicamente con comodidad. Ese es el síndrome shenpa.
Hablare de shenpa a experiencias positivas y de shenpa a experiencias negativas en la medltati6n. Si alguna vez has meditado antes de este fin de semana, podrás reconocerte en esto. Esta es la razón por la cual la palabra “apego” no se ajusta pare traducir shenpa. Como cuando decimos: “Se trata de apego, esa enseñanza es demasiado superficial”: Shenpa NO es superficial. está justo en el corazón del asunto, en las vísceras. Estamos menos inclinados a atacarnos. Vemos nuestro shenpa y hay cierto contento al verlo, mientras que cualquier otra palabra que he intentado emplear en la meditación la gente la emplea como una granada de fuego. Por alguna razón con shenpa, no sé por que, ocurre algo. ¡Oh… ahí esta! Quizás porque jamás hemos escuchado esa palabra antes. Pero parece ser útil.
La manera de reconocerlo es con una mirada cariñosa sin volverte contra ti mismo.
Existe el shenpa a una experiencia negativa y el shenpa a una experiencia positiva, en realidad existe shenpa para cualquier cosa. Digamos por ejemplo, tu estás meditando, y sientes cierto de tipo quietud, de calma, una sensación de bienestar. Quizás los pensamientos loan y venían pero no te engancharon, fuiste capaz de retornar, y no hubo ninguna sensación de tironeo. Luego de esa experiencia ten placentera: shenpa. “Lo hice bien, lo logre, así es como siempre debería ser, ese es el modelo”. El shenpa o bien construye arrogancia o bien pobreza mental, porque la siguiente sesión no tendrá nada que ver con esa.
La sesi6n siguiente, le “mala”, es aun peor, ahora que ya has tenido la ”buena” y has tenido shenpa a la “buena”. ¿Ven lo que estoy diciendo sobre el shenpa? En otras palabras, ¿hubo algo malo en mi experiencia de meditación? No, nada equivocado con ella, pero shenpa. Esto es lo que, como practicantes, debemos notar.
Luego tuviste la “mala”, la cual no es mala. Simplemente que te sentaste allí y estabas muy discursivo y obsesionado acerca de alguien en tu hogar o en tu trabajo, o acerca de algo que tenias que hacer, o estabas preocupado o había ingresado en cierto miedo o enojo. De cualquier manera que haya sido, estabas salvajemente discursivo, y estabas intentando cabalgar sobre ese caballo salvaje que se resistía a ser domado, y sentiste que fue una sesión de meditación horrible. Al final perdiste tu coraje, y el resultado fue malo, y tú eras malo por esa “mala” meditación. Y puedes sentirte desesperanzado.
Por esto es que la otra noche les conté aquella historia acerca de mi meditación, porque, de verdad, alguien como yo, como les conté, podría haber tomado la totalidad de mi vida, hace mucho tiempo atrás, sobre las bases de haber sido entrenada en “bien” y “mal”, esto es: se supone que ha de ser así y no asá. Pero desde el primer comienza, y 3 pesar de que me costo diez años comenzar a penetrar, siempre se me dijo “no te juzgues a ti misma”. No te dejes atrapar en el concepto “bueno”, “malo”, simplemente es lo que es.’..
Entonces tienes esta meditación que según tus estándares, es mala, y no es mala, es simplemente lo que fue. Pero entonces, el shenpa… Ahí es donde quedamos atrapados, ahí quedamos enganchados, ahí es donde se vuelve pegajoso. Empleando lenguaje budista, en tanto haya shenpa hay fortalecimiento del ego, consolidación del aferramiento al ego. En otras palabras, buena experiencia, el ego se fortalece; mala experientia, el ego se fortalece.
Ego es una palabra abstracta para nosotros, pero con shenpa, quizás podamos resonar mejor: Buena experiencia, el shenpa se fortalece alrededor de lo bueno, mala experiencia, -el shenpa se fortalece alrededor de lo malo.
¿Ven lo que estoy diciendo? Las cosas son simplemente como son. Deben haber oído esta expresión antes, y volverán a oírla nuevamente en el futuro.
Shenpa nos esta* dirigiendo hacia lo que en verdad significa “no estar apegado al mundo”. Esto no se refiere pera nade el mundo se refiere al shenpa. Quedar enganchado en imbuir las cosas de un significado que no es inherente a ellas. Nos brindan comodidad y luego desarrollas une cualidad adictiva.
Todo lo que tratamos de hacer es en verdad bueno e inocente, consiste en no sentir constantemente esa incomodidad. Pero entonces alguien nos dice “Bien, le manera de hacerlo es sintiendo esa incomodidad plenamente, completamente. Ve al momento presente y aprende a permanecer allí. Aprende a permanecer con la incomodidad, Aprende a permanecer con la tensión. Aprende a permanecer con la picazón. Aprende a permanecer con el “rascado”, donde sea que lo agarres, de manera que esa reacción de hábitos en cadena simplemente no dirija ya nuestra vida, y los patrones que no consideramos de ayuda, dejan de fortalecerse, y de hacerse más y más intensos.”
Esto es en verdad algo sutil, como les dije la otra noche “Cualquier cosa que emerja en la mente confundida o cualquier cosa fresca que emerja, es la esencia de la realización”, eso es el punto de vista básico. Entonces ¿Cómo sostenemos esa perspectiva, de que lo que sea que emerge es la esencia de la realización, junto con el hecho de que hay cierto trabajo por hacer? Shenpa es nuestra enseñanza mágica, nuestra practica mágica.
La tarea que tenemos frente a nosotros consiste solamente en comenzar a conocer, que nos estamos tensionando, o que ya quedamos enganchados. En la Abadía lo llaman de muchas formas, dicen, “Bueno a un nivel es un estrechamiento, a otro un quedar enganchado, y a otro… Generalmentecuando lo agarro” muchos dirán entonces “ya estoy todo tomado”. Últimamente lo estaban llamando el shenpa “todo tomado”. Y así es, generalmente cuando lo pescamos, ya estamos todos tomados.
Cuanto más temprano lo agarrás más fácil es trabajar con él, pero si lo agarrás cuando ya estás “completamente tomado”, está suficientemente bien. Difícil de interrumpir ese momentum (impulso), porque la urgencia es bastante fuerte cuando ya estas completamente tomado.
Algunas veces atraviesas todo el ciclo. Quizás a pesar de que ya te adviertes completamente tomado, continúas haciéndolo. La urgencia es tan inmensa, el ansia tan fuerte, la cualidad adhesiva es tan habitual, que básicamente (es así como la mayoría de nosotros lo experimentamos), sentimos que no podemos hacer nada al respecto.
Pero entonces lo que puedes hacer, después del hecho, es ir y sentarte en meditación, y rebobinar la historia, y ponerte en contacto con el original… Quizás comienzas con el recuerdo de la sensación de estar completamente tomado y luego te pones en contacto con ello. Entonces puedes ir hacia el shenpa retrospectivamente y eso es de gran ayuda. También el hecho de captarlo en pequeñas cosas, en donde el anzuelo en verdad no es tan grande.
En alguno de los lugares en los que estaba parando… He estado en infinidad de lugares y no recuerdo exactamente dónde fue, pero el hecho es que vi una caricatura en la cual había tres peces nadando alrededor de un anzuelo. Uno de los peces le decía al otro “El secreto es el no-apego”. Bueno esa es una caricatura del shenpa, el secreto es: no muerdas ese anzuelo.
La cosa sería, si pudieras pescarla en ese lugar en el cual la urgencia de morder el anzuelo es tan fuerte. Ya conoces a los peces, no aprenden. Siempre pensé acerca de esos que uno devuelve al agua, esos que acababan de cortarse la boca pero no murieron porque los retornamos, si aprendieran. Siempre pensé en ello. Bueno, en nuestro caso esperemos que cuando nos retornen al agua, aprendamos.
Estas enseñanzas al menos, nos ayuden e adquirir cierta perspectiva acerca de lo que está ocurriendo, una mayor perspectiva acerca de lo que está ocurriendo. Para el caso, podría tratarse de dos mil millones de diferentes tipos de picazón y setecientos mil millones de tipos de rascada, pero a todo esto lo llamaremos shenpa.
Esto es lo que los budistas quieren expresar cuando dicen: “No te quedes atrapado en el contenido, ve hacia la cualidad subyacente que te engancha, la cualidad pegajosa (adherente), la urgencia, el apego.” Yo pienso que la palabra “apego” no llega a captar lo que eso es.
En la meditación pueden esperar, ya verán, tener shenpa a una buena experiencia, y shenpa a una mala experiencia. Pero quizás esta enseñanza te ayude a verlo y a tener sentido del humor. Este es el primer peso: advertirlo o ver. Porque en realidad no pueden, no tienen base en donde permanecer si primero no ven.
También nos entrenamos simplemente en permanecer todo el tiempo. Como en las situaciones en las que se encuentran afuera, en la naturaleza, y simplemente se entrenan en permanecer. Y oh… ¿Estamos en silencio ahí? Si. Así que entonces, es un buen día para trabajar con esto. En el receso del almuerzo, cuando no estén conversando entre ustedes… entonces tendrán una oportunidad de advertirlo, probablemente, al menos un shenpa, quizás tantos que podrían llenar una libreta de anotaciones. Algo acerca de la comida, u otra persona que conozcan o que no conozcan, o mi charla,… o lo que sea. Quizás pueden ustedes sentir ese anzuelo.
En vez de quedar atrapados en la línea narrativa o en el contenido, tómenlo como una oportunidad de estar presentes con la cualidad “enganchadora”. Úsenlo simplemente como una oportunidad de practicar el permanecer, vale decir, permite que esa sea tu base, cualquiera que sea tu estilo. Quizás te guste la naturaleza y los pájaros y esas cosas, entonces ve a un sitio calmo y siéntate. Simplemente practica retornar al momento presente, retornar.
Si nos entrenamos para permanecer allí en donde es en cierto modo fácil y agradable hacerlo, entonces nos estaremos preparando para cuando ocurran las cosas “males”, como ser cuando estemos todos tomados.
Quizás lo tuyo sea querer sentarte justo en el medio de le gente, observar a la gente, entonces permanece presente mirando a la gente. Quizás a una persona a la vez, simplemente permanece presente. Simplemente practica retornar, y permanecer. Y luego con eso como tu base, quizás te sientas intrigado por verte a ti mismo…, (ishh) cerrándote o bajando una defensa involuntariamente, y entonces… simplemente ve eso.
¿Qué hacer con eso? En verdad, llegado a ese punto, oigamos que, simplemente permanece, míralo. Luego si sientes que tienes las herramientas o la habilidad para no seguir la reacción en cadena, simplemente ve al nivel de “rotúlalo pensando”. Sin huir por esa tangente, lo cual generalmente ocurrirá, especialmente, cuando has silenciado el diálogo interno, correcto? La conversación contigo mismo en términos de maldad y bondad, o de yo-bueno, yo-malo, ó ellos-malos, o esto correcto ó incorrecto. Entonces, liberate de los rótulos “correcto” e “incorrecto”, y de “bueno” y “malo”. Has de sostenerte permitiendo que esos rótulos partan, y simplemente regresas a la inmediatez de estar allí.
He introducido esta idea para que puedan reconocerlo. Y también los he introducido en lo que es refrenar el reforzamiento del shenpa. Reforzar el shenpa es hacer aquello que hago habitualmente, mi estilo particular de rascarme. Entonces es cuando la practica se vuelve en verdad interesante. ¿Qué haces cuando no haces lo que habitualmente, haces? Es como si quedases con esa urgencia mucho más cerca de tu cara, y con el ansia y el deseo de salirte de allí. Entonces estas mucho más en contacto con eso.
Si quieres pensarlo en términos de las tres erres, consiste en reconocer y refrenar, lo que significa simplemente no irse cuesta abajo, relajarse en el sentimiento subyacente, y luego algo llamado resolver, lo que significa que haces esto una y otra y otra vez. No es un asunto que se resuelve con un solo disparo. Es algo cuya resolución está en el futuro, tu sólo continua trabajando por esta vía.
Si tuviésemos que hacerlo solo una vez y listo, sería verdaderamente maravilloso. ¡Sería tan maravilloso!, porque todos nosotros podemos hacer esto un poco. Si tan solo tuviésemos que hacer esto un poco y listo oh, wow… Pero regresa. Porque durante mucho, mucho, mucho tiempo, nos hemos ido habituando a irnos de allí, y a reforzar efectivamente la urgencia y el estrechamiento, y a reforzar el hábito en esa situación. Y deshacer un hábito no es un milagro que se realice en una noche. Requiere de muchísima amable gentileza, y de muchísimo cálido reconocimiento. No irse cuesta abajo requiere de un montón de aprendizaje, de aprender como refrenar, y también requiere de mucha voluntad a estar presente.
Y lo haces una y otra y otra vez.
Durante el proceso aprendes mucho sobre la humildad… te ablandas enormemente. Como alguien dijo una vez, “Una vez que viste tu shenpa no te quedan más posibilidades de ser arrogante.” ‘
El truco está, en que el hecho de verlo, además de ablandarte y volverte humilde no se torne en auto denigración. Ese es el verdadero truco. Pero una vez que ves lo que tu haces, como quedas enganchado y como continuás el proceso y todo eso, no queda ya ninguna posibilidad de ser arrogante.Todo esto en cierta manera te ablanda. Te vuelve más humilde en el mejor de los sentidos, y también comienza a brindarte un montón de confianza en que en verdad posees ese guía sabio, como lo denominaba el Sogyal Rimpoche. Tu guía sabio es tu propia mente, el aspecto fundamental de tu ser, prajna, o naturaleza búdica o bondad básica, el cual comienza a activarse más y más, Y tu desde tu propia sabiduría, comienzas a dirigirte cada vez más hacia esa amplitud, a esa apertura y a esa in-habitualidad, pero esto no ocurre rápido.
Es muy útil recordar las cuatro erres, reconocer, refrenar y relajarse en la sensación básica, y luego tomar la decisión de continuar haciendo esto toda la vida, simplemente para continuar trabajando de esta manera con tu mente y tus emociones.
Hay un único shenpa, pero como ya habrán visto tiene diversos grados de intensidad. El fundamental, el shenpa raíz, es el que en el Budismo se denomina ego, ego-fijación. Lo experimentamos como este estrechamiento y en ese punto la absorción en uno mismo (el ensimismamiento) se vuelve muy fuerte. Luego todas las ramificaciones del shenpa son, todas ellas, diferentes estilos de rascarse.
1 N. del T. “sticky”: pegajoso, adherente.
2 N. del T: hooked: término que se emplea para el pez que queda enganchado en el anzuelo
3 (In which case, they’d probably sock it to you.)
Categories: Enseñanzas
por Juan Manzanera
http://www.escuelademeditacion.com/lecturas/maestro.htmNo existen maestros si no hay discípulos. De modo que hablar de un ser especial, único y sobrenatural que te va a guiar hacia un estado de trascendencia es solamente consecuencia de asumir el rol de discípulo. No importa mucho si existen seres así, lo que importa es que tú creas que existen y que hayas puesto tu fe en algún ser humano en concreto. Pueden haber errores y elegir el maestro equivocado, pero por eso es preciso observar cuidadosamente y cuestionar al candidato a tu maestro.
Lo cierto es que tener un maestro es una tarea personal, una decisión interna de ser discípulo. No es una persona evolucionada y distinta quien te lleva a la iluminación sino tu actitud y tu forma de relacionarte con aquel al que has atribuido el rol de tu maestro. Lo de menos es que tu maestro sea alguien, esté iluminado o lo que sea. Lo crucial es que sepas ser un discípulo.
Necesitamos un maestro porque vivimos adheridos a la comodidad y el bienestar social; pero no es muy distinto a cuando de pequeños nuestros progenitores nos obligaban a ir a la escuela. Si por nosotros hubiera sido, nos habríamos pasado el día jugando. Ellos con más visión y una mayor perspectiva del futuro no obligaron a hacer algo que simplemente iba contra nuestra naturaleza. Lo mismo hace el maestro, sin él jamás abandonaríamos la dependencia del mundo sensorial ni tendríamos la oportunidad de abrirnos a conocer nuestra realidad más profunda. Pero para que uno sea capaz de escuchar su voz y su dirección antes tiene que atribuirle ciertos poderes y cualidades. Esta atribución es ser discípulo.
Como con todas las necesidades, el gran peligro es convertirla en dependencia. Hacerse dependiente es vivir la vida a expensas de otro, es volverse incapaz de actuar y funcionar bien sin la presencia o estimulación del otro. Un sujeto muy dependiente de su maestro no puede desvincularse de él y llena su vacío personal con la imagen del maestro. Por el contrario, necesitar un maestro en el camino espiritual no significa que pierdas tu individualidad, autonomía, responsabilidad y capacidad de decisión.
Hay numerosas personas que viven con el malentendido de que la relación perfecta con el maestro debe ser una forma de dependencia. El error fundamental es olvidar que asumir el rol de discípulo significa tomar ciertas responsabilidades y decisiones. No hay lugar para dependencias, decides respetar a esa persona que te complementa en el rol y verle como un guía haga lo que haga, y escuchar sus instrucciones como formas de iniciación. El énfasis no se halla en el maestro.Si confundes la devoción con la dependencia estarás creando serias interferencias en tu proceso. Muchas personas, por su rasgo de carácter se sienten atraídas por personalidades dominantes, carismáticas o simplemente muy seguras de sí mismas. Para ellos es fácil caer en la dependencia, son personas que no tienen problemas en encontrar maestros y se sienten dichosos poniéndose en manos de otros. En otro extremo, hay temperamentos completamente independientes que valoran la autonomía y quieren vivir tomando sus propias decisiones. Son individuos que jamás se acercarían a un maestro o algo similar y que rechazan frontalmente la más mínima sospecha de sumisión.
La interpretación de la relación con el maestro como una forma de dependencia perjudica a ambos tipos de personas. A los primeros porque les impide madurar, se quedan estancados y no aprenden nada del maestro; se mantienen en una actitud infantil y sumisa, y nunca avanzan. En cuanto a los segundos, el malentendido hace que se pierdan la oportunidad de recibir inspiración y traspasar la visión limitada de su existencia. La mala enseñanza y su propagación, les lleva a pensar que tener un maestro es una especie de anulación de su persona y una negación de sí mismos, con lo cual jamás se acercan a nadie con esas características. Conozco muchas personas con un gran potencial espiritual que jamás se acercarán a ningún maestro debido a la difusión de esta interpretación de la relación. Este es un asunto delicado. También he visto a personas muy libres y responsables, obligándose a ser sumisos y dependientes sólo porque algún guía espiritual les dio a entender que eso es la relación ideal con el maestro. Gente que ha acabado con una gran frustración y desconsuelo.
La razón fundamental por la que necesitamos un maestro es que solamente llegando a experimentar con conciencia nuestro dolor más arraigado y sutil, nuestro sufrimiento más íntimo, podemos avanzar espiritualmente. Esto es algo que solos nunca vamos a hacer. Únicamente permitiremos que nos lleve hasta allí a una persona en la que confiemos plenamente. Ese el papel del maestro.
Lo demás son dependencias. A menudo como discípulos, la gente desplaza y proyecta en el maestro cualidades deseables e idealizadas; luego, suponen que con un poco de trabajo y dedicación podrán adquirir esas cualidades. Sin embargo, con tales planteamientos están abocados al fracaso y la decepción. Por una parte, el desplazamiento y la proyección les impiden percatarse de que esas cualidades están en sí mismos. Todo eso que atribuyen al maestro lo tienen pero no sólo no lo pueden ver sino que además lo ponen en otra persona externa, con lo cual refuerzan su ceguera sobre sí mismos. Por otro lado, esta negación de sí mismos y la represión que esto implica les resta una gran energía con lo cual no tienen fuerza para la expresión sana de su ser, y su proceso transformador resulta lejano e inalcanzable. En consecuencia, esperan que el maestro se haga cargo de ellos y de su evolución, viven en un perpetuo engaño a sí mismos y se olvidan del trabajo que sólo ellos pueden realizar.
También conviene señalar algunos miedos que hacen muy difícil asumir la posición de discípulo. Son condiciones internas que se mantienen a nivel inconsciente y que difícilmente reconocemos. Así, muchos sienten miedo a que la relación les lleve a perder toda su energía vital o su voluntad, con lo cual nunca acaban de hacer una entrega incondicional. Otros, tienen miedo a desintegrarse, desaparecer como individuos o perder las referencias. También hay quienes tienen miedo perder la libertad personal, la individualidad y la identidad. Asimismo, muchas creencias inconscientes adoptadas culturalmente impiden la apertura a un maestro y recibir su ayuda; por ejemplo, la creencia en nuestra sociedad de que nadie te va a dar nada gratuitamente o que siempre todo el mundo se va a aprovechar de ti.
Dicho todo esto queda claro que, en primer lugar no puedes tener maestro si no eres un discípulo antes, aunque hayas conocido a muchos lamas y maestros. No puedes ser discípulo si no asumes la responsabilidad de tu proceso espiritual. No puedes asumir tu responsabilidad si crees que las causas de tu desarrollo están fuera y en poder de alguna persona. No puedes recibir los beneficios de otras personas más evolucionadas que tú si no permites que lleguen a desenmascararte y te defiendes tras tus miedos.
Elegir un maestro puede ser más sencillo de lo que parece. A menos que seas una de esas personas que tienen como carta de identidad tener un maestro iluminado. (No hace mucho me encontré con alguien así, sin conocerle de nada, lo primero que me dijo cuando se presentó fue: “Hola, me llamo Pedro y soy discípulo de un maestro iluminado”. No quedaba claro si el importante era él o la existencia de un gran ser).
Como decía, si has entendido que necesitas ser un discípulo puedes encontrar fácilmente un maestro. Se trata simplemente de empezar respetando a todos a los demás porque todos te pueden enseñar algo. Luego, si ves a alguien que se enfada menos que tú tómale como maestro en paciencia, si ves a alguien que ama más y tiene más compasión que tú tómale como tu maestro en altruismo, si ves a alguien más feliz que tú tómale como maestro en simplicidad, si ves a alguien con más paz interior que tú tómale como maestro en sabiduría, etc. En el proceso, puede suceder que avances más que alguna de estas personas, entonces, humildemente agradécele su aportación a tu proceso espiritual y sigue hacia delante. Eso sí, siempre habrá sido tu maestro y siempre deberás guardarle en tu corazón.
Hay un pequeño detalle. Es particularmente valioso que la relación con esa persona te incite y te motive a cambiar. Dicho de otro modo, es mucho más efectivo si esa persona que tiene la cualidad que buscas posee la virtud de provocarte el deseo de obtenerla. Lo ideal es que quien elijas como maestro, no simplemente tenga unas cualidades y puedas aprender de su comportamiento sino que además, el contacto con él o ella te despierte un anhelo intenso de poseer esa cualidad. Entonces tienes todas las posibilidades de beneficiarte plenamente.
Lo primordial de esta relación es que consideres de máxima importancia la aportación que este ser está haciendo a tu vida. Esto es, necesitas llegar a ver que sus defectos y lacras resultan descoloridos e irrelevantes frente a lo que aprendes gracias a él o ella. El crecimiento que te aporta es tan importante que te lleva a desechar cualquiera de sus defectos. Esta actitud, visión y perspectiva es esencial en el rol de discípulo. Luego, a esto se añaden otras básicas como el respeto, la fidelidad, el afecto o las muestras de gratitud.
En otro nivel más profundo (que requiere más exigencias a la hora de tomar a alguien como maestro) también puedes intentar la práctica de ver a este ser como una manifestación de la máxima plenitud humana. Esto es, después de haber comprendido el poder de percibir la realidad última en un ser humano en el mundo, eliges hacerlo con tu maestro. Es una resolución que asumes de un modo irreversible, por la cual decides interpretar todos sus comportamientos como manifestaciones de la plena realización humana. Haga lo que haga sientes y entiendes que es la conducta de un gran ser. Esta es la práctica más sublime que existe, y sin extenderme en los inmensos beneficios que tiene, es el método más rápido y potente de trasformación interior.
Por último, tal vez, tú prefieras los maestros de título y trono, pero no deberías olvidar que si convivieras con cualquiera de ellos no le verías muy diferente de tu vecino, tu compañero de oficina o el cura de tu parroquia. Ya lo dice un refrán tibetano: intenta vivir bien lejos de tu maestro porque de lo contrario empezarás a verle lleno de defectos. Y es que, todo está en tu mente.
Juan Manzanera es profesor de meditacion, y psicoterapeuta, practicante budista hace más de 20 años, fue monje completamente ordenado en el monasterio de Nalanda (India).
Categories: Enseñanzas
por Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche
Para el maestro Dzongsar Jamyang Khyentse, no es la ropa que usas, ni las ceremonias que realizas ni la meditación que haces. No es lo que comes ni lo que bebes, tampoco es con quién tienes relaciones sexuales. Sino que se trata de comprender y estar verdaderamente de acuerdo con los cuatro descubrimientos fundamentales que hizo el Buda bajo el árbol Bodhi, y si así lo haces, puedes considerarte Budista.
Una vez, viajando en avión, estaba sentado en el asiento del medio en la fila del centro en un vuelo trasatlántico, el hombre sentado a mi lado, tratando de ser amigable, viendo mi cabeza afeitada y mi camiseta burdeo, supuso que yo era Budista. Cuando sirvieron la comida, en un gesto de amabilidad me ofreció pedir comida vegetariana para mí. Habiendo asumido – correctamente – que yo era Budista, también asumió que no como carne. Ese fue el comienzo de nuestra conversación. El vuelo era largo, así que para aprovechar el tiempo, nos pusimos a hablar de Budismo.
Con el tiempo me he dado cuenta que generalmente las personas asocian el Budismo y los Budistas con cosas como paz, meditación y no violencia. De hecho muchos piensan que los hábitos azafranes o burdeos y un rostro sonriente es todo lo que hace falta para ser Budista. Como Budista que soy, me enorgullezco de esta reputación, en especial lo que se refiere a la no violencia, que es algo muy raro en estos tiempos de guerra y violencia, y en particular, violencia religiosa. En el curso de la historia de la humanidad, la religión pareciera engendrar brutalidad. Incluso en la actualidad, la violencia religiosa extrema domina las noticias. Sin embargo, pienso que puedo decir con confianza que hasta el momento los Budistas no nos hemos deshonrado a nosotros mismos. La violencia jamás ha tenido un lugar en la difusión del Budismo.
Con todo, como Budista, también me siento un poco descontento cuando el Budismo se asocia con nada más que el vegetarianismo, la no violencia, la paz y la meditación. El príncipe Siddharta, quien sacrificó todas las comodidades y lujos de la vida palaciega, debió haber estado buscando algo más que sólo tranquilidad y arbustos cuando salió para descubrir la iluminación.
Suele suceder que nos encontramos con personas que nos preguntan ¿Qué es lo que hace que pueda decirse que una persona es Budista? Esta es la pregunta más difícil de responder. Si la persona está realmente interesada, una respuesta completa requiere mucho más que una simple conversación durante la cena, y por otra parte, las generalizaciones pueden llevar a malos entendidos y a generar confusión.
Supongamos que le damos la verdadera respuesta, la respuesta que apunta a las bases mismas de esta tradición de más de 2.500 años. Se es Budista si se aceptan los siguientes cuatro hechos:
Todas las cosas compuestas son impermanentes.
Todas las emociones son sufrimiento.
Todas las cosas carecen de existencia inherente.
Nirvana está más allá de los conceptos.
Estas cuatro afirmaciones, señaladas por el mismo Buda, se conocen como «los cuatro sellos». Tradicionalmente, la expresión «sello» se refiere a una especie de marca o distintivo que confirma la autenticidad. Aun cuando se considera que los cuatro sellos abarcan todo lo que conlleva el Budismo, las personas no parecen querer escuchar sobre ellas. Sin una explicación más detallada, en muchos casos sólo sirven para desanimar sin inspirar un mayor interés en quien realizó la pregunta. Cambia el tema de la conversación y ese sería el fin del asunto anterior.
El mensaje que contienen los cuatro sellos es para ser entendido literalmente, no metafóricamente ni místicamente, y es para ser tomado seriamente. Pero estos sellos no son decretos ni mandamientos. Al reflexionar un poco nos damos cuenta que no tienen nada de moralista o ritualista. No se dice nada acerca de conductas buenas o malas. Podríamos decir que son verdades seculares basadas en la sabiduría, y la sabiduría es la principal preocupación de un Budista. La moral y la ética son secundarias. Fumar un cigarro y tontear un poco no impiden que una persona pueda ser Budista. No obstante, esto no significa que tenemos licencia para hacer lo que queramos o para que seamos inmorales.
A grandes rasgos, la sabiduría proviene de una mente que posee lo que los Budistas llamamos «correcta visión». Pero no es necesario que uno se considere Budista para tener correcta visión. En último sentido, es esta visión la que determina nuestra motivación y nuestra acción. Es la visión la que nos guía en el camino del Budismo. Si podemos adoptar conductas sanas además de los cuatro sellos, eso nos hace ser mejores Budistas. ¿Pero qué hace que una persona no sea Budista? Si no puedes aceptar que todas las cosas compuestas o fabricadas son impermanentes, si crees que existe alguna clase de sustancia esencial o concepto que es permanente, entonces no eres Budista.
Si no puedes aceptar que todas las emociones son sufrimiento, si crees realmenteque algunas emociones son sólo placer y nada más, entonces no eres Budista.
Si no puedes aceptar que todos los fenómenos son ilusorios y vacíos, si crees que ciertas cosas existen de manera inherente [por sí mismas, independientemente],entonces no eres Budista.
Y si piensas que la iluminación existe dentro de las esferas del tiempo, el espacio y el poder, entonces no eres Budista.
Entonces, ¿qué hace que seas Budista? Puede que no hayas nacido en un paísBudista o en una familia Budista, puede que no uses hábitos de monje ni que te afeites la cabeza, puede que comas carnes y seas fan de Eminem y Paris Hilton. Eso no significa que no puedas ser Budista. Para poder ser Budista, tienes que aceptar que todos los fenómenos compuestos son impermanentes, que todas las emociones son sufrimiento, que todas las cosas carecen de existencia inherente, y que la iluminación está más allá de los conceptos.
No es necesario estar constante e incesantemente recordando estos cuatro sellos.
Pero ellos deben residir en tu mente. Cuando caminas durante el día no andas recordando a cada rato tu nombre, sin embargo, cuando alguien te pregunta cuál es tu nombre, lo recuerdas instantáneamente. No hay dudas en tu respuesta.
Cualquiera que acepte estos cuatro sellos, aun independientemente de las enseñanzas de Buda, aun cuando nunca haya escuchado el nombre del Buda Shakyamuni, puede considerarse que está en el mismo camino que él.
La belleza lógica de los cuatro sellos
Consideremos, por ejemplo, la generosidad. Cuando recién empezamos a realizar el primer sello – la impermanencia -, vemos todo como transitorio y sin valor, como si todo fuera parte de un paquete de donación en el Ejército de Salvación. No tenemos necesariamente que dar y deshacernos de todo, pero no tenemos apego ni aferramiento a las cosas. Cuando reconocemos que nuestras posesiones son todas
fenómenos compuestos impermanentes, a los que no podemos aferrarnos por siempre, la generosidad ya está prácticamente casi lograda.
Al entender el segundo sello, es decir, que todas las emociones son sufrimiento, vemos que el avaro, el yo, es el principal responsable, proveyéndonos con nada más que una sensación de pobreza. Por tanto, al no apegarnos ni aferrarnos al yo, no encontramos razón alguna para aferrarnos a nuestras posesiones, y entonces ya nosufrimos más de avaricia. La generosidad se transforma en un acto de alegría.
Al realizar el tercer sello, que todas las cosas carecen de existencia inherente, reconocemos la inutilidad del aferrarse, porque cualquier cosa a la que nos aferremos, carece de naturaleza verdaderamente existente. Es como si tuviéramos un sueño donde estamos repartiendo un billón de dólares a la gente que pasa en la
calles. Puedes dar generosamente porque es un «dinero de sueño o soñado» [irreal, ilusorio], y aún así eres capaz de obtener diversión de esa experiencia. La generosidad basada en estas tres visiones, inevitablemente nos hace darnos cuenta de que no hay una meta. No es un sacrificio que soportamos con el fin de obtener reconocimiento o para asegurarnos un mejor renacimiento.
La generosidad sin estar etiquetada con un precio, sin expectativas o límites, nos permite vislumbrar la cuarta visión o sello, que es que la liberación, la iluminación, está más allá de los conceptos.
Si midiéramos la perfección de una acción virtuosa, tal como la generosidad, según estándares materiales – cuánta pobreza logra eliminar -, nunca podemos alcanzarla perfección. La pobreza y los deseos de las personas pobres son infinitos. Incluso los deseos de una persona adinerada son infinitos; de hecho, los deseos de los seres humanos nunca pueden ser satisfechos completamente. Pero según Siddharta, la generosidad debe ser medida por el nivel de apego que uno tiene a aquello que se está dando y al «yo» que lo está dando. Una vez que haz reconocido que el yo y todas sus posesiones son impermanentes y que no tienen una naturaleza verdaderamente existente, tendrás desapego, y esa es la perfección de la generosidad o una generosidad perfecta. por esta razón, la primera acción que se incentiva en los sutras Budistas es la práctica de la generosidad.
Un entendimiento más profundo del karma, la pureza y la no violencia.
El concepto de karma, también cae dentro de estos cuatro sellos. Cuando se reúnendeterminadas causas y condiciones, y no hay obstáculos, las consecuencias o efectosse producen. La consecuencia es karma. Este karma es acumulado a través de laconciencia – la mente, o el yo -. Si este «yo» actúa con ira o agresividad, se generakarma negativo. Si un pensamiento o acción es motivado por amor, tolerancia, y eldeseo de que los demás sean felices, se genera karma positivo.
No obstante, la motivación, la acción y el karma resultante son como un sueño, una ilusión. Trascender el karma, positivo y negativo, es nirvana. Toda acción así llamada positiva, que no esté basada en estos cuatro sellos, es sólo rectitud o virtud; pero no es en un sentido último, el camino de Siddhartha. Aún si dieras de comer a todos los seres hambrientos del mundo, si actúas en completa ausencia de estos cuatro sellos, entonces sólo será una semilla positiva, pero no el camino a la iluminación. De hecho puede suceder que haya sido un acto recto dirigido a alimentar y fortalecer el ego.
Es debido a estos cuatro sellos que los Budistas pueden practicar la purificación. Si uno piensa que se ha manchado con karma negativo o que es débil de carácter o «pecador», y se frustra por ello, el pensar que esos obstáculos que siempre entorpecen el camino de la realización, entonces uno puede encontrar consuelo en saber que ellos son compuestos y por tanto impermanentes, y por lo mismo, purificables. Por otra parte, si uno siente que carece o le falta habilidad o mérito, puede encontrar consuelo en saber que el mérito puede ser acumulado mediante la realización de actos positivos, porque la falta de mérito es impermanente y por tanto, modificable.
La práctica Budista de no violencia, no es simple sumisión acompañada de una sonrisa o una actitud dócil. La principal causa de la violencia es el aferramiento que uno pueda tener por una idea extrema, tal como la justicia o la moralidad.
Esta fijación, generalmente proviene de un hábito de mantener visiones dualistas, tales como bueno y malo, feo y hermoso, moral e inmoral. La inflexible creencia de superioridad moral de uno mismo, consume todo el espacio que podría permitir la empatía hacia los demás. Se pierde la sanidad. Al comprender que todas estas visiones o valores son compuestos e impermanentes, tal como lo es la persona que los sostiene, la violencia es abandonada y dejada a un lado. Cuando no tienes ego, no tienes aferramiento a un yo, jamás hay razones para ser violento. Cuando comprendemos que nuestros enemigos están bajo la poderosa influencia de su propia ignorancia y agresividad, cuando comprendemos que están atrapados en
sus hábitos, se hace mucho más fácil perdonarlos por sus molestos comportamientos y acciones. De manera similar, si una persona de un hospital psiquiátrico nos insulta, no tiene sentido que nos enojemos. Cuando trascendemos la creencia en los extremos del dualismo, hemos trascendido las causas de la
violencia.
Los cuatro sellos: un conjunto unitario… un pack
En el Budismo, toda acción que establezca o refuerce los cuatro sellos o visiones, esun recto camino. Incluso las prácticas aparentemente ritualistas, tales como encender incienso o practicas meditacionales esotéricas y mantras, están diseñadas para ayudarnos a enfocar nuestra atención en uno o en todos los sellos.
Cualquier cosa que contradiga los cuatro sellos, incluyendo las acciones que puedan parecer amorosas y compasivas, no forman parte del camino. Incluso la meditación en la vacuidad puede volverse pura negación, nada más que un camino nihilista, si no ésta no está en concordancia con los cuatro sellos.
Decimos que estos sellos son «verdades» porque simplemente son hechos. No son creaciones ni elaboraciones; no son una revelación mística del Buda. No son cosaque se hicieron válidas sólo después de que el Buda las enseñara. Vivir en base a estos principios no es un ritual ni una técnica. No pueden ser calificadas de morales éticas, y nadie puede apropiárselas como patrimonio exclusivo. No existe tal cosa como un «infiel» o un «blasfemo» en el Budismo porque no hay nadie ante quien rendir fe, insultar o dudar. Con todo, aquellos que no son conscientes de o no reconocen estos cuatro hechos/sellos, son considerados ignorantes por los Budistas.
Tal ignorancia no es causa de juicio moral. Si alguien no cree que los seres humanos llegaron a la luna, o piensa que la Tierra es plana, un científico no diría que es un blasfemo, sino simplemente ignorante. De la misma forma, si no reconoce estos cuatro sellos, no es un infiel. De hecho, si alguien lograra probar que la lógica de estos cuatro sellos es defectuosa, que el apego al yo en realidad no es sufrimiento, o que algunos elementos desafían la impermanencia, entonces los Budistas deberían de buena gana seguir ese camino. Y esto es así porque lo que buscamos es la iluminación, y la iluminación significa la realización de lo verdadero. Sin embargo, en todos estos siglos no ha surgido ninguna prueba que invalide estos cuatro sellos.
Si ignoras estos cuatro sellos, pero insistes en considerarte Budista nada más que por un enamoramiento con las tradiciones, entonces eso sería una devoción superficial. Los maestros Budistas piensan que cualquiera sea la etiqueta que elijas para definirte a ti mismo, a menos que tengas fe en estos sellos, continuarás viviendo en un mundo ilusorio, creyéndolo sólido y real. Aunque tal creencia puede proveer temporalmente la dicha de la ignorancia, últimamente siempre conduce a alguna forma de inquietud o angustia. Gastarás todo tu tiempo solucionando problemas y tratando de deshacerte de la inquietud. Tu constante necesidad de solucionar problemas se convertirá en una especie de adicción. ¿Cuántos
problemas has solucionado sólo para ver cómo empiezan a surgir otros? Si eres feliz con este ciclo, entonces no tienes motivo para quejarte. Pero cuando te das cuenta que nunca llegarás a un final en este solucionar problemas, ese es el comienzo de la búsqueda de la verdad interior. Si bien el Budismo no es la respuesta a todos los problemas temporales e injusticias sociales del mundo, si ocurre que estás en búsqueda y sucede que tienes química con Siddhartha, entonces puede que encuentres que estos sellos tengan sentido. Si ese es el caso, deberías considerar en seguirlo seriamente.
La riqueza dentro de la renuncia Como seguidor de Siddhartha, no tienes necesariamente que imitar todas y cada una de sus acciones – no necesitas irte a escondidas mientras tu esposa está durmiendo -. Muchas personas piensan que Budismo es sinónimo de renuncia, de abandonar y dejar atrás el hogar, la familia y el trabajo, adoptando el camino de un asceta. Esta imagen de austeridad en parte se debe al hecho que un gran número de Budistas veneran a los mendicantes de los textos y enseñanzas Budistas, tal como los Cristianos admiran a San Francisco de Asís. No podemos evitar impresionarnos ante la imagen del Buda caminando a pie en Magadha con su cuenco de mendicante, o ante la imagen de Milarepa en su cueva, subsistiendo a base de sopa de ortigas. La serenidad de un sencillo monje Burmés aceptando limosnas cautiva nuestra imaginación.
Pero también existe toda una completa y diferente variedad de seguidores delBuda: el Rey Ashoka, por ejemplo, quien bajó de su carruaje real, adornado con perlas y oro, y proclamó su deseo de difundir el buddhadharma a través del mundo. Se arrodilló en el suelo, tomó un puñado de arena, y prometió que construiría tantas estupas como granos de arena hubiesen en su mano. Y de hecho mantuvo su promesa. De modo que uno puede ser un rey, un comerciante, una prostituta, un drogadicto, o el jefe ejecutivo de una oficina y aún así aceptar y reconocer los cuatro sellos. En esencia, no es el acto de dejar atrás el mundomaterial lo que los Budistas abrigan, sino la habilidad de ver nuestro aferramiento habitual a este mundo y a nosotros mismos, y renunciar a ese aferramiento.
A medida que comenzamos a entender los cuatro sellos, no nos deshacemos necesariamente de las cosas; sino que empezamos a cambiar nuestra actitud hacia ellas, y por tanto, también cambia su valor. El sólo hecho de que poseas menos cosas que otras personas, no quiere decir que seas más puro moralmente o más virtuoso. De hecho, la humildad misma puede ser una forma de hipocresía.
Cuando comprendemos la falta de esencia y la impermanencia del mundo material, la renuncia deja de ser una forma de auto-flagelación. No significa que seamos duros con nosotros mismos. La palabra «sacrificio» cobra un sentido diferente. Teniendo este entendimiento, todas las cosas se vuelven tan significativas como la saliva que escupimos al suelo. No nos somos sentimentales con la saliva. La pérdida de esa clase de sentimentalismo es un camino de dicha/gozo, sugatha. Cuando la renuncia es entendida como gozo, las historias de muchas otras princesas Indias, príncipes y líderes militares que alguna vez renunciaron a sus vidas de palacio se vuelven simplemente extravagancias.
Este amor por lo verdadero y esta veneración por los buscadores de lo verdadero es una antigua tradición en países como la India. Incluso en la actualidad, en vez de menospreciar a los renunciantes, la sociedad India los venera con el mismo respeto con el que nosotros veneramos a los profesores de Harvard y Yale. Aun cuando la tradición se está perdiendo en esta época de dominio de la cultura corporativa, todavía puede encontrarse sadhus desnudos, cubiertos de cenizas, que han abandonado la práctica de las leyes del éxito para volverse mendicantes vagabundos. Me llega a poner la piel de gallina el ver como la sociedad India respeta a estas personas, en vez de ahuyentarlos como si fuesen mendigos desgraciados o pestes (…) En vez de venerar lo verdadero y venerar los sadhus, esta es una época que venera los billboards y la liposucción.
Adoptando la sabiduría, abandonando las morales distorsionadas
Al leer todo lo anterior, puede que estés pensando: «Yo soy generoso y no tengo mucho apego a mis cosas». Y puede que sea cierto que no seas avaro, pero en medio de tus generosas actividades, si alguien llega y se va con tu lápiz preferido, es muy probable que te molestes tanto que te den ganas de arrancarle una oreja. O puede que te sientas totalmente descorazonado si alguien te dice: «¿Eso es todo lo que puedes dar?». Cuando damos, solemos quedar atrapados en la noción de «generosidad». Nos aferramos al resultado – si no es un buen renacimiento, al menos el reconocimiento en esta vida, o tal vez sólo una placa en el muro. También he conocido muchas personas que creen que son generosas sólo porque han dado
dinero a cierto museo, o incluso a sus propios hijos, de quienes esperan una lealtad de toda la vida.
Si no es acompañada por los cuatro sellos o visiones, la moralidad puede – igualmente – distorsionarse. La moralidad alimenta el ego llevándonos a volvernos puritanos y a juzgar a otros cuya moralidad es diferente a la nuestra. Fijados y aferrados a nuestra versión de la moralidad, menospreciamos y miramos en menos a los demás y tratamos de imponerles nuestra ética, aunque eso signifique quitarles su libertad. Shantideva, el gran erudito y santo Indio, quien fue príncipe pero abandonó su reino, enseñó que es imposible para nosotros, evitar no encontrarnos con alguna cosa no virtuosa, pero si aplicamos aunque sea uno solo de los cuatro sellos, estaremos protegidos de toda no virtud.
Si piensas que todo Occidente es en cierta manera satánico o inmoral, será imposible de conquistar y rehabilitar, pero si dentro de ti tienes tolerancia, eso equivale a una conquista. No puedes cubrir la tierra entera para que sea más suave al caminar con tus pies desnudos, pero al usar zapatos te proteges a ti mismo de toda superficie áspera, dura o molesta.
Si podemos entender los cuatro sellos no sólo intelectualmente, sino además en nuestra experiencia, comenzaremos a liberarnos de la fijación a las cosas que son ilusorias. Esta libertad es lo que llamamos sabiduría. Los Budistas veneramos la sabiduría por sobretodo lo demás. La sabiduría abarca y permea la moralidad, el amor, el sentido común, la tolerancia y el vegetarianismo. La sabiduría no es un espíritu divino que buscamos en lugar fuera de nosotros. Primero la invocamos a través del escuchar las enseñanzas sobre los cuatro sellos – no aceptándolos lisa y llanamente, sino analizándolos y contemplándolos. Si estás convencido de que este camino aclarará parte de tu confusión y que te proveerá algún alivio, entonces puedes empezar a poner en práctica la sabiduría.
En uno de los métodos de enseñanza Budista más antiguos, el maestro les da a sus discípulos un hueso y la instrucción de contemplar su origen. A través de esta contemplación, eventualmente el discípulo ve el hueso como el resultado final del nacimiento, el nacimiento como el resultado final de la formación kármica, la formación kármica como el resultado final del deseo, etc. Convencidos a fondo por la lógica de la causa, condición y efecto, empiezan a aplicar atención plena a cada situación y cada momento. Esto es lo que conocemos como meditación. Las personas que nos traen esta clase de información y entendimiento son venerados como maestros, porque aun cuando ellos tienen una profunda realización y podrían vivir felizmente en el bosque, están dispuestos a quedarse entre nosotros y explicar la visión a aquellos que todavía están en la oscuridad. Debido a que esta información nos ayuda a liberarnos de todo tipo de contratiempos, tenemos una apreciación instantánea por quien nos da la explicación. Por este motivo, como Budistas rendimos homenaje al maestro.
Una vez que has aceptado la visión de manera intelectual, puedes aplicar cualquier método que profundice tu entendimiento y realización. En otras palabras, puedes utilizar cualquier técnica o práctica que te ayude a transformar tu hábito de pensar que las cosas son sólidas, en el hábito de reconocerlas como compuestas, nterdependientes, e impermanentes. Esto es la verdadera meditación y práctica Budista, no sólo sentarse como si fueses un pisapapeles.
Aunque sabemos intelectualmente que vamos a morir, este conocimiento puede verse eclipsado por algo tan pequeño como un cumplido casual. Alguien hace un comentario sobre lo lindo que se ven los nudillos de nuestras manos, y al instante siguiente ya estamos tratando de encontrar formas de conservar estos nudillos. De pronto, repentinamente, sentimos que tenemos algo que podemos perder. En la actualidad, estamos constantemente bombardeados con muchas cosas nuevas por perder y por ganar. Más que nunca necesitamos contar con métodos que nos recuerden y nos ayuden a acostumbrarnos a la visión, tal vez colgar un hueso humano en el espejo retrovisor, si no afeitarnos la cabeza y retirarnos en una cueva.
Combinadas con estos métodos, la ética y la moral se vuelven muy útiles. La ética y la moral puede que sean secundarias en el Budismo, pero son importantes en cuanto nos acerquen a lo verdadero. Pero aunque alguna acción pueda parecer virtuosa y positiva, si nos aleja de los cuatro sellos, el mismo Siddhartha advirtió que la abandonemos.
El té y la taza: la sabiduría dentro de la cultura
Los cuatro sellos son como el té, mientras que todos los medios para actualizar o realizar estos sellos / verdades – prácticas, rituales, tradiciones, y características culturales – son como la taza. Los medios hábiles y los métodos son observables y tangibles, pero la verdad o lo verdadero, no lo es. El desafío es no dejarse llevar por la taza. Las personas suelen estar más inclinadas a sentarse derechamente en un lugar tranquilo, en el cojín de meditación, que a contemplar qué vendrá primero, el día de mañana o la próxima vida. Las prácticas externas son perceptibles, de manera que la mente es rápida en etiquetarlas como «Budismo», mientras que la noción de que «todas las cosas compuestas son impermanentes» no es tangible y es difícil de etiquetar. Es irónico el hecho que la evidencia de la impermanencia está a nuestro alrededor en todas partes, sin embargo, no se nos hace evidente.
La esencia del Budismo trasciende la cultura, pero es practicado por muchas diferentes culturas, las cuales utilizan sus tradiciones como la taza que contiene y sostiene las enseñanzas. Si los elementos de estas identidades o formas culturales, ayudan a otros seres sin causar daño, y si no contradicen los cuatro sellos, entonces Siddhartha alentaría tales prácticas.
A través de los siglos, se han producido muchísimas clases y estilos de tazas, y por muy buenas que sean las intenciones detrás de ellas, y por muy bien que ellas puedan funcionar, se vuelven un estorbo si nos olvidamos del té que hay dentro.
Aun cuando su propósito es contener la verdad, tendemos a enfocarnos más en los medios que en el resultado.
Así, las personas van de un lado a otro con tazas vacías, u olvidan beber su té. Nosotros, los seres humanos, podemos quedar hechizados o al menos distraídos, por la ceremonia y lo pintoresco de las prácticas culturales Budistas. El incienso y las velas son cosas exóticas y atractivas; la impermanencia y la ausencia de yo [ausencia de existencia inherente] no los son. El mismo Siddhartha dijo que la mejor forma de veneración es simplemente recordar el principio de la impermanencia, el sufrimiento de las emociones, que los fenómenos carecen de existencia inherente, y que nirvana está más allá de los conceptos.
Ahora que el Budismo está floreciendo en Occidente, he escuchado de personas que están alterando las enseñanzas Budistas para hacerlas encajar en el pensamiento moderno. Si hay algo que pueda adaptarse, eso serían los rituales y los símbolos, no la verdad misma. El mismo Buda dijo que su disciplina y sus métodos deben ser adaptados apropiadamente según la época y el lugar. Pero los cuatro sellos no necesitan ser adaptados o modificados, y es imposible hacerlo de ninguna manera. Puedes cambiar la taza, pero el té permanece puro. Después de haber sobrevivido 2.500 años y haber viajado más de 10 mil kilómetros desde el árbol Bodhi en la India hasta Times Square en la ciudad de New York, la noción
de que «todas las cosas compuestas son impermanentes» sigue siendo aplicable. La impermanencia sigue siendo impermanencia en Times Square. No puedes distorsionar ni acomodar estos cuatro sellos; no existen excepciones sociales o culturales.
Practicando la armonía
Dejando a un lado las verdades profundas, hoy en día incluso las verdades más prácticas y evidentes son ignoradas. Somos como monos que habitamos en el bosque y defecamos en cada rama de la que nos colgamos. Todos los días escuchamos a las personas hablando acerca del estado de la economía, sin reconocer la conexión entre la recesión y la avaricia. Debido a la avaricia, los celos y el orgullo, la economía jamás se volverá lo suficientemente fuerte para asegurar que toda persona tenga acceso a la satisfacción de las necesidades básicas de la vida. El lugar que habitamos, la Tierra, cada vez se contamina más. He conocido gente que condena a los antiguos gobernantes y emperadores, y a las antiguas religiones como la fuente de todos los conflictos. Pero el mundo moderno y secular no la hecho nada mejor; y es que ha hecho algo, eso ha sido empeorar las cosas.
¿Qué es lo que el mundo moderno ha hecho mejor?
Uno de los principales efectos que han producido la ciencia y la tecnología es la capacidad de destruir el mundo más rápidamente. Muchos científicos creen que todos los sistemas vivientes y todos los sistemas que soportan y alimentan la vida en la Tierra se están deteriorando.
Es hora que las personas, nosotros mismos, le dediquemos algunos momentos a la reflexión sobre temas espirituales, aun cuando no tengamos tiempo para sentarnos en un cojín, aun cuando nos avergoncemos de dar a conocer nuestras inclinaciones religiosas a nuestros amigos seculares. Contemplar en la naturaleza impermanente de todo lo que experimentamos y en las dolorosas consecuencias del apego al yo, nos brinda paz y armonía – si no a todo el mundo, al menos a nuestra propia esfera -.
Nota: Texto de Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche «What Makes You a Buddhist?» Shambhala Sun, Enero de 2007
Traducido por Yeshe Jungne, para beneficio de todos los seres sintientes